Columna de Opinion

La urgente necesidad de prevenir el fraude digital

A medida que el uso de medios de pago digitales y billeteras virtuales se incrementa, los fraudes digitales y el robo de datos personales son cada vez más frecuentes en Argentina. Daniel Cavalcante, experto en prevención de fraudes de Getnet, analiza la urgencia de implementar tecnologías de seguridad avanzadas y destaca la importancia de la educación digital tanto para empresas como para consumidores, en un escenario donde la cibercriminalidad evoluciona al mismo ritmo que las innovaciones tecnológicas.

Por Daniel Cavalcante – Experto en prevención de fraudes de Getnet Argentina.

Hoy en día la protección de los datos personales y financieros es una necesidad apremiante. A medida que crece la digitalización, la bancarización y el uso de medios de pagos digitales y de billeteras virtuales, los fraudes y las estafas virtuales aumentan.

Las estadísticas son alarmantes, un 11% de los argentinos ha sufrido el robo de datos de cuentas personales y un 81% ha enfrentado intentos de estafa en el último año. Estos números subrayan una problemática creciente que demanda atención y acción.

Relegar la implementación de medidas de seguridad robustas puede ser la principal causa del problema. Además, el desconocimiento de los riesgos digitales son factores que facilitan la labor de los ciberdelincuentes. Si bien la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, podemos decir que los atacantes son igualmente adaptativos.

Una de las estrategias más preocupantes es el uso de inteligencia artificial para generar phishing, donde los criminales se hacen pasar por entidades confiables para robar información sensible. Esta técnica, junto con el aumento de robos de dispositivos móviles, ha creado un caldo de cultivo idóneo para la delincuencia digital.

La prevención del fraude digital es, sin duda, una responsabilidad colectiva que no hay que darse el lujo de ignorar.

Inversión en tecnologías de prevención de fraude

Es clave que las empresas prioricen la inversión en tecnologías de prevención de fraude, especialmente aquellas que utilizan inteligencia artificial y machine learning, ya que estas herramientas son fundamentales para detectar comportamientos sospechosos y prevenir el fraude antes de que ocurra.

Sin embargo, la responsabilidad no recae únicamente en las empresas. Los consumidores deben ser educados y concientizados sobre cómo proteger su información personal y reconocer intentos de fraude. La implementación de medidas de seguridad, como la verificación en dos pasos y la capacitación en el uso seguro de aplicaciones, son necesarias para mitigar el riesgo.

A medida que las transacciones digitales continúan en aumento, es imperativo que tanto las empresas como los consumidores reduzcan la vulnerabilidad ante este tipo de crímenes. La inversión en tecnología y educación digital debe ser una prioridad compartida. De no ser así, todos se arriesgan a convertirse en víctimas de un sistema donde la cibercriminalidad esté siempre un paso adelante, lo que no solo perjudica a los individuos, sino que también socava la confianza en el ecosistema digital en su conjunto.

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