Desbloqueando el potencial femenino en tecnología
Por Carolina Gambarini, Gerente de Marketing de Componentes de AMD para Latam
Durante mucho tiempo, la industria tecnológica estuvo dominada por una visión masculina, donde la pluralidad de voces y perspectivas estaba limitada. Si bien queda mucho camino por recorrer, es innegable que estamos avanzando hacia una mayor equidad, comenzando a deshacernos de estereotipos que reducen las oportunidades de las mujeres, sobre todo en ámbitos que a veces parecen tener una única voz. Me entusiasma ser parte de una generación que presencia este cambio de paradigma.
Este progreso, sin embargo, no se da de un día para el otro. Es un trabajo diario y constante, que involucra a las personas de todos los géneros y jerarquías, que requiere de la reflexión, el apoyo, la empatía, la colaboración y la acción de cada uno desde su lugar. Cuestionar ideas establecidas siempre es arduo, pero los resultados demuestran que vale la pena cada paso. La diversidad y la inclusión no solo amplían los horizontes de quienes participan en estos espacios, sino que también enriquecen las perspectivas y posibilidades para todas las industrias.
En un sector tradicionalmente liderado por hombres, se vuelve más importante aún generar espacios de reflexión que permitan combatir los sesgos inconscientes heredados de patrones establecidos y arraigados. Hace algunos años si pensábamos en “una persona gamer”, la imagen que se nos venía a todos a la mente era, sin dudas, la de un hombre. Hoy en día, esa imagen puede ser distinta para todos, y eso es lo que quiere lograr la equidad: pluralidad de visiones, opiniones y valores.
En este momento estamos presenciando la expansión del género femenino en el gaming. Según el estudio global gamer de 2023 de Newzoo, del total de la población online, el 72% de las mujeres juegan videojuegos, y del total de quienes dicen jugar videojuegos, el 45% son mujeres; es evidente que estamos tomando un papel importante en este campo. Sin ir más lejos, este año en Argentina Game Show vimos jóvenes y adultos de todos los géneros disfrutando de la escena local.
Los videojuegos son un sector en crecimiento, que ya no solo se limita al ocio, sino que se ha profesionalizado a través de, por ejemplo, los eSports. Hoy, las mujeres encuentran en este campo un lugar para desenvolverse de maneras tan distintas como transformadoras, ya sea desarrollando juegos, liderando proyectos innovadores, o representando a comunidades de gamers. Nuestra presencia no solo desafía antiguos prejuicios, sino que potencia la industria con nuevas ideas y enfoques que están cambiando el futuro de la tecnología y el gaming. En lo personal, es un orgullo compartir espacios con colegas de diferentes géneros y edades que me proponen nuevas perspectivas a diario.
Es evidente que el impacto femenino en tecnología va más allá de la inclusión; representa un nuevo modo de imaginar y crear tecnología y entretenimiento, adaptado a una audiencia global y masiva. Ya no nos enfrentamos a hombres creando productos que consumirán los hombres, sino que existen equipos diversos que apuntan a públicos más amplios. La participación de mujeres en estas áreas abre un sinfín de posibilidades y promueve una industria que evoluciona hacia un futuro más inclusivo, con la riqueza de perspectivas que antes habían sido ignoradas.
En este contexto, resulta fundamental seguir creando y fomentando espacios de encuentro e intercambio entre mujeres, donde podamos compartir experiencias, aprender unas de otras y encontrar apoyo durante el desarrollo profesional. En mayo de este año tuve la fortuna de poder reunirme con colegas que trabajan en tecnología desde diferentes lugares: periodistas especializadas, creadoras de contenido y personas como yo que trabajamos desde el lado del negocio, y pudimos poner en común nuestras experiencias para nutrirnos entre nosotras. Estos entornos permiten la colaboración, ayudándonos a superar barreras comunes y generar oportunidades en el sector.
Sin dudas, compartir este camino con otras mujeres que están dejando una huella en la industria es una fuente constante de inspiración y motivación. Saber que formo parte de esta comunidad me impulsa a seguir adelante y a enfrentar los desafíos con más fuerza y confianza.